El viaje lo hacemos en una antigua furgoneta Mercedes con más años que yo y con un conductor novato que ha pillado más baches de los que hay, y os garantizo que hay muchos.
Al llegar a Yasny y gracias a la lluvia de esta mañana comprobamos que las calles son un lodazal y hemos recordado que la guía aconsejaba no visitar Rusia en noviembre porque te encontrarías con nieve fangosa y aquí nieve no hay, pero fango para regalar.
Nos han llevado a un mercadillo y algunos hemos aprovechado para tomar una cerveza, ante la sorpresa de Katya la guía que nunca había visto a nadie atreverse a hacerlo.
Tras una visita al estadio local (más bien un polideportivo al aire libre) de barrio hemos ido a realizar unas compras.
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